MEMORIAS DE LA SANSIL

En esta sección contaré algunas de las anécdotas que han caracterizado estas tres décadas de San Silvestres…Son muchos los recuerdos que en las 34 ediciones que he participado han quedado grabados en mi memoria.Empezaré recordando una edición (aunque no sabría decir que año sucedió) en la que realicé el rectilíneo final, junto a mis hermanos, cuñado y sobrino dándonos la mano, y tapábamos la avenida del paseo San Antonio formando una cadena humana…fue un momento muy bonito!

Ha habido años, como el fabuloso 1989, (VI edición de la Sansil) en los que hemos tenido clasificaciones geniales en todas las categorías :

Con la llegada del “Concurso de microrelatos”  me animé a contar dos de los episodios sucedidos con 10 y 23 años respectivamente:

QUOD NATURA NON DAT, SAN SILVESTRAE NON PRAESTAT, (basado en hechos reales)

Séptimo de EGB. Don Gabriel anunció con gran solemnidad: “los mejores deportistas, tendrán el honor de encabezar la San Silvestre, vistiendo una camiseta con una letra, formando una cadena humana: IV San Silvestre”.
16 caracteres… ì1 por clase! ìLo que hubiese dado por llevar la “s” minúscula, o un silencioso espacio!!! ìOh NO! recordé que en clase estaba David “el rubio”, una especie de decatleta en miniatura, imposible de batir: era como Ronaldo (aunque entonces no sabíamos como era “ser como Ronaldo”), corría como Carl Lewis, bueno quizás no era el “Hijo del viento”…pero de una buena brisa sì!
Luché participando en tiro con carabina, ajedrez y en cross (su talón de Aquiles) y me tuve que conformar con correr en el pelotón con mi camiseta “albina”: que en vez de azul celeste y mangas blancas, era totalmente blanca porque mi madre la metió en lejía por equivocación…

Operación “Colchón Anti-agujetas” (¡Historia del que pudo ser el último capón!)

Aquel domingo, uno de mis mejores amigos vino a ejecutar la arriesgada “Operación Colchón”. Era un elaborado plan con un objetivo claro: “plantar una cama” en la salida de la San Silvestre. ¡Finalmente una salida con menos codazos!, y sobre todo con un sistema de “calentamiento innovador” sin derrochar la energía acumulada con la actividad onírica, bajo las mantas. Manos a la obra. Todo transcurre según lo previsto. Primero el colchón al pasillo. Ahora el somier…Atención a la puerta… Gira!…Atento! …Tok! desde la cocina la voz de mi madre: “Qué estáis haciendo?…Nada, nada…digo con un tono ”Houston tenemos un problema”. Inmovilizados en silencio como habíamos hecho millares de veces, cuando inocentemente esperábamos que nuestra madre creyese que había sido el gato…como en las pelis de fugas…Demasiado silencio, ¡incluso para el gato! .Ahí estábamos como si tuviéramos 7 años, ¡en realidad teníamos 23! Corre! Demasiado tarde, mi madre nos había pillado sacando un somier clandestinamente… y haciendo un sprint nos bloqueó la puerta! La operación quedó abortada (quizás aplazada!) y lo que consiguió fue que casi me ganase el último “capón” aunque fuese un capón “de adulto” y no como aquellos que nos ganábamos en los tiempos de las primeras ediciones de la San Silvestre…tanto en àmbito hogareño, como en ambito escolar…

Respecto a los disfraces: NO COMMENT!